¡Hola a todos, lectores! Antes que nada, quiero disculparme por mi desaparición en blogger. He desaparecido tantas veces estos dos años que ni me acuerdo (/゚Д゚)/ La Universidad me quita más tiempo que en los años anteriores y no he podido leer nada que no fuera literatura española medieval. Por otro lado, quiero agradeceros a todos la repercusión que ha tenido la anterior entrada: Las cosas que no me gustan de los blogs. Gracias por todos vuestros comentarios, que me han sacado más de una sonrisita de alegría. (Como se nota que os gusta criticar).
Y ahora...Preparaos, lectores míos, porque vienen curvas y no hablo de las mías precisamente. Si me seguís en Twitter quizá leísteis mi "Lectura en directo" de este libro. Durante unas cuantas horas (las que me duró el libro, y fueron demasiadas) tuiteé todo lo que me parecía. Desgraciadamente, la mayoría de mis impresiones no fueron positivas. Pero ahora viene lo difícil: intentar plasmarlo en una reseña y que se entienda [va a ser difícil, pero se intentará]. Antes de leer, os aviso de que habrá algunos spoilers, nada que no podáis preever si habéis leído este tipo de libros. ¡Allá vamos!
El fuego en el que ardo
Mike Lightwood
Editorial: Plataforma Neo
Nº de páginas: 384
★
Ser gay puede complicarte mucho la vida. ¿Todas esas películas y series que te cuentan lo maravilloso que es ser gay? ¿Estar rodeado de compañeros modernos en el instituto que te quieren como eres? ¿Padres que te apoyan incondicionalmente? Todo es mentira. La realidad no es esa. Al menos, no la del protagonista de esta historia, que vive un auténtico infierno por culpa de aquellos que no lo aceptan como es. Pero, cuando las cosas se complican de verdad, conoce a un chico de ciudad con una visión del mundo completamente distinta. Con su ayuda, deberá escoger entre dejarse consumir por las llamas de quienes lo odian o renacer de sus propias cenizas.
El protagonista de El fuego en el que ardo es Óscar, un adolescente que sufre bullying porque es gay. Y ser gay en un pueblucho es un pecado muy grande, así que sus compañeros de clase lo acosan por ser diferente. Por otro lado, en casa la vida no le va mejor, puesto que su padre es un borracho maltratador que quiere que su hijo sea un machote. Así que, en un momento dado, decide apuntarse a clases de judo para intentar defenderse de los que le acosa y, secundariamente, ganarse un poco de respeto. Y es justo en el gimnasio donde conocerá a Sergio, el chico que le dará nuevas esperanzas y le ayudará a encontrar su camino y, de paso, el amor.
Hasta aquí el resumen súper resumido de la novela.Visto así, ¿verdad que parece una novela romanticona más? Pues, queridos míos, lo es. En serio. No hay más. Yo había oído que era la primera novela juvenil con un protagonista homosexual, la primera novela que hablaba de la homosexualidad sin tapujos y bla bla bla. Y realmente no es así. Si le quitas cuatro escenas y frases moralistas, el libro no deja de ser una novela romanticona, con los típicos elementos (pasado dramático, trauma, y superación gracias al amor) [Con sexo gratuito incluído, incluso masturbaciones por whatsapp, así como quemaduras cada vez que los protagonistas se tocan. Muy normal todo].
En los libros que he leído, siempre describen los momentos así como si una corriente eléctrica pasara entre las manos de los protagonistas [...] como si saltaran chispas del roce de sus dedos. Pero en realidad no es electricidad lo que siento, sino mucho más. Es algo ardiente y voraz, algo que me estremece por dentro y me hace sentir calor por fuera.
Es puro fuego y quiero que me consuma.
Soy un topicazo con patas
Empecemos con Óscar, nuestro protagonista. Para empezar, es necesario deciros que su nombre no se nos dice hasta la página 60, en un magnífico párrafo que nos explica que casi ni recuerda su propio nombre [muy normal todo]. ¿Sabéis qué destaca de Óscar? Que es gay. Gay. GAY GAY pero muy gay. Y encima tiene un gaydar. Ah, además, Óscar es gay. UHHHH. Que el protagonista es homosexual se nos repite, siendo generosos, una vez por capítulo. Y, teniendo en cuenta que hay 48 capítulos, son demasiadas veces. Así que, ahora que nos ha quedado claro que el protagonista es gay...¿Sabéis que el pobre chico es gay? Como lo oís, yo estoy anonadada. Después de veinte capítulos nunca me lo habría imaginado.
Por ello, El fuego en el que ardosimplemente trata sobre la homosexualidad a secas y nos enseña una parte muy dura de ella, parte que no dudo que algunas personas han sufrido, pero nada más.
Ya os he comentado que el protagonista sufre bullying. ¿Y qué es lo que hace?Aceptarlo. Se esconde en los baños, se arrastra por los rincones, intenta desaparecer y, después, cuando llega a casa, se corta con unas cuchillas porque durante esos instantes puede olvidar sus problemas. Durante todo el libro me dieron ganas de pegarle un tortazo para que abriera los ojos de una puñetera vez. Su problema no es ser gay, su problema es que es tonto. No podía con esa actitud pasiva suya de "Soy demasiado cobarde para hacer algo, así que mejor no hago nada y dejo que me peguen cada día, jeje", de "La culpa no es de los que me pegan, la culpa es mía, así que mejor me lo callo y dejo que vivan su vida con total normalidad mientras yo me deprimo", de "Jeje, me amenazan de muerte varias veces y no denuncio nunca porque bah" y de "Espera, que mi padre le está pegando a mi madre una buena torta, mejor me voy a rajarme las piernas, que no puedo verlo".
Una parte de mí no puede evitar sentirse culpable por dejar a mi madre sola con él. Entro en mi habitación, pero antes de cerrar la puerta oigo más gritos amortiguados, y también el sonido de lo que parece otro bofetón. Se me parte el corazón y me debato entre volver al salón y
(matarlo)
enfrentarme a él o cerrar la puerta.
Pero soy un cobarde y no soy capaz de volver, así que cierro la puerta y coloco la silla por debajo del picaporte.
Tengo demasiado miedo.
Solo las cuchillas pueden ayudarme.
No, en serio. ¿Hay alguien que vea normal este tipo de comportamiento? Lo que se está tratando indirectamente es decir que está bien cerrar los ojos cuando vemos este tipo de actitudes, que no hace falta actuar, porque ya pasarán. Pero no debería ser así. Hay cosas, como las amenazas de muerte, que no deberías haberlas dejado pasar. Entiendo lo que es el miedo al rechazo, el miedo al qué dirán, y el miedo a que pase algo peor, pero es que, en el caso de Óscar, la vida no le puede ir peor.
Ya os he presentado, a grandes rasgos, a nuestro protagonista. En serio, no hay mucho más. Bueno, sí, le gusta leer y dibujar, como a todos los protagonistas marginados de la literatura juvenil. [El fantasma del cliché se presenta, saludadlo amablemente]. Sería un prota relativamente pasable si no fuera por su actitud pasiva-dramática durante casi toooodo el libro.
Tal y como os he comentado al principio, Óscar decide apuntarse a judo por si los matones vuelven a pegarle. Y allí conoce a Sergio, un chico guapo
Además, algo me rechinaba en esa relación de amigos-novios. No podía dejar de pensar que, en realidad, Óscar no estaba "enamorado" de Sergio, simplemente necesitaba calor humano y el chaval era el primero que se lo dio sin escandalizarse por ser gay. Vamos, un encandilamiento de los de toda la vida, nada de "amor verdadero" como se intenta vender, un enamoramiento de esos que se rompen cuando descubres que el otro es un apasionado de la pizza con piña [Cosa que no sucede en el libro, porque como buenos adolescentes, los dos protagonistas odian a muerte la pizza con piña].
Espero que no te guste la pizza con piña…
Pizza con piña?
Eso debería estar castigado por la ley.
A q clase de enfermo se le ocurriría?? Debo aceptar que me pareció convincente que Sergio fuera lo opuesto a Óscar. Él es un chico seguro de sí mismo, que se acepta tal y como es y que no tiene miedo de mostrar a los demás su verdadero yo. Es un chico de ciudad, moderno, mientras que Óscar es un pueblerino. Porque todo el mundo sabe que la gente de ciudad es más abierta y la gente de los pueblos, más cerrada. [Un cliché salvaje apareció. ¡Cris está confundida!]
—En una ciudad la gente suele ser mucho más abierta con estas cosas, más tolerante. Pero en mi pueblo…es horrible.
Cualquiera pensaría que la presencia de Sergio haría que nuestro protagonista cambiara un poquito. Fui tonta en pensarlo, lo admito, me guiaba por el cliché de que el amor lo puede salvar todo [Escepto a los degenerados que adoran la pizza con piña]. Porque Óscar continúa siendo exactamente igual que antes de conocer a Sergio. Simplemente, ahora tiene novio y antes no. Continúa teniendo miedo de los matones, continúa cerrando los ojos ante el maltrato de su padre, continúa sin denunciar nada. Ah, espera. Que ya no se corta la piel como hacía antes. Bueno, eso es un gran paso.
Deben pasar muchos capítulos para que para que Óscar haga algún cambio. MINI SPOILER Cuando el padre les pilla juntitos en su habitación y él decide irse de casaFIN MINI SPOILER. Creo que ese fue un gran giro dramáticoque no se supo aprovechar bien. Aquí el autor podría haberle dado la vuelta a la tortilla, hacer crecer a Óscar como personaje y convertirlo en alguien valiente y que da la cara, pero lo que hace es todo lo contrario. Huye. El protagonista huye en vez de enfrentarse a sus miedos justo cuando tenía el respaldo de alguien más. Era una gran ocasión y la deja perder.
—Tranquilo, tío. Recuerda que todo esto no es más que algo pasajero, vale? —Suelo un gruñido, pero él lo ignora—. Acabarán cansándose tarde o temprano, ya lo verás.
Su supuesto mejor amigo, el que debería apoyarlo, lo único que le dice cuando los matones le pegan es que "Ya pasará". ¿De verdad? Posteriormente, Fer intenta pegar a los matones y Óscar no se lo permite y Fer le hace caso, lo que me hizo ver que tampoco tenía tantas ganas de defender a su "mejor amigo". Por otro lado, Fer es el único que lo aceptó cuando supo de su homosexualidad y quizá eso es lo que hace que le perdonemos un poco. No obstante, me pareció estúpido todo lo relacionado con Fer y su novia. Era totalmente secundario y no sirve de nada para la trama MINI SPOILER0 repercusión incluso cuando Fer y su novia rompen y este se va a llorar sobre los hombros de su "amigo".FIN MINI SPOILER
Ya os he hablado de Óscar y su chupipandi y ahora toca hablar de los malotes. Por un lado tenemos a Darío, que era uno de los mejores amigos de nuestro protagonista hasta que este se le declaró y Darío le contó a todo el mundo que Óscar era homosexual. Vaya, ya tenemos un dramón montado. Pero esto no es todo, amigos. Porque descubrimos, gracias a esas extrañas páginas en negro—flashbacks, que Darío y Óscar eran follamigos:
—Venga ya, no digas tonterías. Solo es un poco de diversión entre amigos, ¿no? ¿Qué tiene de malo?
Ala, otro drama. Porque además resulta que Darío es un pobre chico confundido y perdidoMINI SPOILER que resulta ser homosexual, tambiénFIN MINI SPOILER. Esto no sería relevante si no fuera porque Óscar es un patata y no le guarda mucho rencor a Darío por lo que hizo y, además, cuando Darío le pide que le hable y escuche su "confesión"...ÉL LO HACE. LO HACE. No me entraba en la cabeza que quisiera hablar con el tío que inició un infierno en su vida, que se aprovechó de su sexualidad y luego le dejó tirado cual pañuelo, pero que no denunciara al maltratador de su padre ni a sus acosadores. No entendía ninguna de las acciones del protagonista. Quizá es que la rara soy yo y todos los demás sí que las entendéis.
Y aún no os he hablado de Carlos. Este chico es el acosador number one de Óscar. Le pega, le humilla, le mea en la cara [literalmente, se le mea encima. Escena totalmente gratuita que no sirve de nada. Se puede leer el libro sin esa escena y la trama apenas cambia]. Carlos es el cliché del acosador. Tiene a sus dos amigotes malotes, que le ayudan a pegar a Óscar y que no mueven un dedo sin que él lo ordene [Ups, ¿no os recuerda a los guardaespaldas de Draco Malfoy?...Qué coincidencia]. Y, por otro lado, Carlos es gay. En serio. GAY. Algo que solo Óscar, puesto que tiene un gaydar, descubre.¿Verdad que no os esperabais otro personaje gay en la trama? Pues yo tampoco. En algún momento pensé que incluso Fer podía serlo. Total, ya todos lo eran. Por cierto, ¿habéis visto Glee? A Kurt, uno de los personajes homosexuales, le acosan en el insti por ser gay. ¿Y sabéis quién le acosa? Un chico que resulta ser gay también, y que solo Kurt descubre. Todo muy original, ¿verdad?
Por ejemplo, podemos hablar de las tropecientas menciones totalmente gratuitas a otras obras literarias. Debo confesar que no me gustan nada las menciones a otros libros. A ver, que un par o tres no están nada mal, incluso hacen gracia. Pero lo de El fuego en el que ardo es pasarse, porque entre directas e indirectas, la cantidad de referencias totalmente gratuitas que no aportan nada a la trama es increíble. ¿Y por qué existen? Pues como el personaje es lector, nos habla de algunos libros que lee, etc.¿Creéis que lee a Lovecraft? ¿O que es un apasionado de Jane Austen? ¿Que le interesa el steampunk? Pues no, porque incluso sus lecturas son clichés con patas.
Empecemos con una mención totalmente inútil y gratuita a Logan Lerman, que es uno de los amores platónicos del prota, aunque no se sabe su filmografía más reciente [Ha fracasado como fan, you know]. Y como el prota es gay y marginado, evidentemente no les van a poner en clase Los tres mosqueteros o Noé, sino que les pondrán Las ventajas de ser un marginado, con lo que vamos a tener referencias a The perks (libro y peli) para rato. ¿Sirve de algo? ¿Cambia algo que el prota lea The perks of being a wallflower? No, pero queda genial, ¿verdad?
Reviso todas las páginas dobladas, una por una, en busca de una frase que se me ha quedado marcada: «Aceptamos el amor que creemos merecer».
Y como estas, mil más. Tenemos referencias a La historia interminable, a Jungla de Saltamontes [ups, libro que el propio autor del libro ha traducido, qué casualidad, jeje], a Harry Potter, Te daría el mundo y menciones salvajes a John Green. [Por no hablar de las "alas de papel", nombre el blog del autor en la vida real...Casualidades de la vida].
A lo mejor, «pues bueno» podría ser nuestro «siempre»
Solo faltaba una mención a Narnia y ya tiraba el libro por la ventana [Y luego lo iba a buscar, que los libros son caros, menos para Óscar, él puede comprarse tres libros al mes].
—¿La casa de los marginados? —Niega con la cabeza—. Qué va. La gente siempre piensa eso de los Hufflepuff. Piensan que son los que agachan la cabeza y se esconden cuando hay problemas, los que no son capaces de luchar por lo que quieren, pero no es así. —Hace una pausa antes de continuar—. Los Hufflepuff sois las personas demasiado buenas para estar en cualquiera de las otras casas. El problema es que hay mucho mortífago camuflado que va de Hufflepuff y eso es lo que os da mala fama.
Vivo con miedo a encontrarme un mortífago camuflado de Hufflepuff. Ya no salgo de casa. Ayudadme.
Otra de las cosas que me hacía tirarme de los pocos pelos que ya me quedaban es la manía deÓscar-el narrador-el autor de narrar ciertos pensamientos entre paréntesis. Os pongo varios ejemplos:
Estar con él es horrible, como si le
(diera asco)
no pudiera ser yo mismo ni en mi propia casa.
Una parte de mi
(sabe)
teme que se trate únicamente de la calma antes de la tempestad.
No tardo demasiado en notar una familiar presión en los pantalones, y de pronto me doy cuenta de que deseo
(necesito)
más, muchísimo más que solo besos.
No puedo evitar sentirme
(emocionado)
un tanto avergonzado cuando entra y la examina.
No sé vosotros, pero a mí este tipo de estilo solo me gusta cuando se usa para hablar en tono metafórico, como en Éramos mentirosos o Shatter me. En cambos casos las protagonistas narraban sus pensamientos con un estilo más bien poético y la narración entrecortada quedaba bien. Pero en El fuego en el que ardo no, porque me parece totalmente inútil saltar de línea para una sola palabra y ya quedaría bien poniendo el paréntesis en la misma línea que lo demás.
Si no me gustaba este estilo entrecortado, lo que tampoco me gustaba eran los diálogos de whatsapp o los tuits. Para que me entendáis, os pongo un par de imágenes del libro [Perdonad la calidad, están hechas con mi móvil y, ya sabéis, no todos tenemos Iphones].
¡Click para aumentar!
Puede parecer muy moderno, muy transliterario [¿Esa palabra existe?] Pero qué queréis que os diga...Si quiero leer whatsapps, pues abro el móvil. Cuando leo un libro quiero leer algo en un estilo literario [Ya me entendéis], sin whatsapp, entradas de blog...Como mucho, acepto entradas de diario personal. Por no hablar de que los whatsapps están escritos en modo mensajería instantánea, es decir, con faltas ortográficas incluidas y emoticonos, como podéis ver en las imágenes anteriores.
Eso es q tengo razon
Bueno, no sé
Tal vez
OMG!!!
Cuentame, anda
Q habeis exo?
Si no me gusta este estilo tan "actual" y "moderno", tampoco me gustan nada los trozos de canciones que hay en el inicio de cada capítulo. A ver, que a alguien le pueden gustar, pero yo no me leo/escucho nunca esas canciones ni pienso "Uh, seguro que tiene algo que ver con el capítulo, voy a ver si consigo leer entre líneas y relacionarlo con la historia". Pues no. Que una playlist nunca daña a nadie y quizá a alguien le haga gracia escuchar esa canción exactamente en ese capítulo, pero a mí, personalmente, no.
Os podía criticar muchas cosas más, peor creo que ya os he torturado lo suficiente. Si os habéis fijado, en ningún momento he criticado los temas de los que habla (tanto el bullying como el maltrato) porque creo que, dentro de lo que hay, transmite bastante bien una triste realidad.
El fuego en el que ardo es una historia que habla de la homofobia, del acoso escolar...Una historia dramática con un personaje que debe empezar a dejar de quejarse y actuar de verdad. Un libro lleno de clichés que harán que el lector fan se sienta complacido. El autor desaprovecha la oportunidad de engrandecer a su personaje, convirtiéndolo en un simple ser pasivo que se mueve por los designios de los demás. Un final totalmente esperado que podría haberse dado mucho antes y ahorrarnos páginas.
¿Os habéis leído este libro? ¿Sabéis de otras novelas que hablen de la homosexualidad o la homofobia? ? Me encantará leeros
Gracias ♥
Psst, pstt. ¿Os queréis perder la próxima entrada? Si la respuesta es no, apuntaos al blog → SIGUEME